Dolor articular

Es importante reconocer el origen del dolor, para también, asignar el tratamiento adecuado para cada padecimiento.

Muchas son las veces que hemos sentido que nos duelen las articulaciones, entre las más comunes, las rodillas, el cuello, o la cadera, sin embargo, el dolor que parece originarse en las articulaciones procede, muchas veces, de estructuras extra articulares, como ligamentos, tendones o músculos que las rodean.

El dolor articular verdadero (artralgia) puede o no ir acompañado de inflamación de la articulación (artritis). El dolor es sin duda, el síntoma más frecuente de la inflamación articular. Otro síntoma también puede ser, el percibir las articulaciones inflamadas, calientes e hinchadas, y con menos frecuencia, el enrojecimiento de la piel que las cubre.

La artritis puede afectar únicamente a las articulaciones de las extremidades o también a las articulaciones del esqueleto axial, como la columna vertebral o la pelvis.

El dolor puede ocurrir solo con el movimiento articular o también estar presente en momentos de reposo. Otros síntomas, tales como erupción cutánea, fiebre, dolor ocular o llagas en la boca, pueden estar presentes dependiendo de la causa del dolor articular.

La afectación puede ser en una sola articulación, en varias, manifestarse en pares o en solo cierto lado de nuestro cuerpo e incluso desplazarse de una articulación a otra; con dolor agudo (reciente) o crónico.

Cualquiera que sea el caso, las causas son muchas y muy variadas; y es importante no ignorar los otros síntomas que pueden estar indicando un problema en las articulaciones como por ejemplo, en los pacientes con dolor en más de una articulación, los síntomas que deben motivar una valoración rápida son inflamación, calor y enrojecimiento articular, erupción de comienzo reciente, puntitos o manchas violáceas, úlceras en la boca, en la nariz o en los genitales, dolor torácico, dificultad respiratoria o tos de inicio reciente o grave, dolor abdominal, fiebre, sudoración, pérdida de peso o escalofríos, enrojecimiento o dolor ocular, entre otras.

Las personas con estos signos de alarma deben acudir al médico de inmediato. El médico analizará la gravedad o complejidad del caso, en función de la intensidad y localización del dolor, si las articulaciones se inflaman, si la causa había sido previamente diagnosticada, y otros factores.

El escenario para el tratamiento del dolor articular es favorable, ya que los síntomas generalmente son tratados con medicamentos antiinflamatorios, incluso antes de conocer el diagnóstico. El recurrir a la inmovilización de la articulación con una férula o un cabestrillo a veces puede aliviar el dolor. Además de no menospreciar, el ya conocido efecto que tiene la exposición al calor, que puede disminuir el dolor causado por espasmo de la musculatura peri articular (por ejemplo, después de un traumatismo); así como la exposición al frío (por ejemplo, mediante hielo) puede ayudar a aliviar el dolor causado por la inflamación articular; ambos a sus respectivos tiempos y duración de la aplicación.

Después de que el dolor agudo y la inflamación han disminuido, la fisioterapia y la acupuntura puede ser útil para recuperar o mantener la amplitud de movimiento y fortalecer los músculos circundantes. En los pacientes con artritis crónica, es importante mantener la actividad física para evitar la rigidez articular permanente (contracturas articulares) y la pérdida de masa muscular (atrofia).

El consejo siempre será, acudir a tu médico para una adecuada orientación y tratamiento de dolor.

Pon tu salud en manos de los especialistas de Dolor Ourense

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *